La tecnología KVM se introdujo por primera vez en 1989 para permitir que varios ordenadores compartieran un mismo teclado, monitor y ratón. En aquella época, KVM permitía a los centros de datos gestionar varios servidores desde una única estación de trabajo.
Sin embargo, a medida que la tecnología evolucionaba, se hizo evidente que podía utilizarse en otras industrias, incluida la radiodifusión.
Al principio, la industria de la radiodifusión limitaba el uso de la tecnología KVM a tareas sencillas, como el control de los gráficos en antena o el cambio entre distintas fuentes de vídeo. Sin embargo, a medida que la tecnología se hizo más sofisticada, empezó a desempeñar un papel más importante en el proceso de emisión.
En la década de 1990, la tecnología KVM se utilizó para cambiar entre distintos canales de emisión, lo que permitió a las cadenas ofrecer a los espectadores una selección de programación más amplia.
La introducción del vídeo digital a principios de la década de 2000 aumentó la importancia de la tecnología KVM en la radiodifusión. Cuando la tecnología KVM pasó de analógica a digital, gestionó el flujo de datos de vídeo y audio entre distintos dispositivos, garantizando la máxima calidad de la señal de emisión. Esto era especialmente importante en situaciones de emisión en directo, donde un retraso o interrupción de la señal podía ser desastroso.
La tecnología siguió avanzando y cambiando las prácticas de difusión. En 2018, Black Box presentó en NAB un producto que ofrecía KVM sobre IP 4K60 con píxeles perfectos y un gestor KVM que podía gestionar cientos de puntos finales y converger redes AV e IT.
A medida que la tecnología sigue evolucionando, es probable que veamos aplicaciones aún más innovadoras de la tecnología KVM en la industria de la radiodifusión en los próximos años, y Black Box estará ahí para apoyarlo. Haga clic aquí para obtener más información sobre cómo Black Box ayuda a los organismos de radiodifusión a alcanzar mayores cotas.
