Extensores físicos frente a soluciones de software: ¿cuál debería elegir?

Extensores físicos frente a soluciones de software: ¿cuál debería elegir?

Cuando se trata de la administración remota de servidores, muchas organizaciones tienen que elegir entre extensores físicos y soluciones basadas en software para acceder y controlar sus activos. Si bien el software ofrece algunas ventajas en términos de costo, no llega a brindar una solución confiable, segura y de alto rendimiento. Para las organizaciones que deben mantener los servicios críticos en funcionamiento en todo momento, y que pueden tener cientos o miles de servidores, los extensores y conmutadores KVM físicos suelen ser la mejor opción.

Soluciones de software

Las soluciones de acceso remoto basadas en software incluyen el protocolo de escritorio remoto (RDP) y la computación en red virtual (VNC). Ofrecen algunos beneficios: sin costo de adquisición, sin hardware para instalar, sin cables para conectar y sin necesidad de fuente de alimentación. Sin embargo, hay varias desventajas.

El software debe instalarse en cada computadora a la que se necesite acceder. Requiere un sistema operativo compatible y una red de producción para ejecutarse, y competirá por los recursos del sistema, lo que podría afectar su productividad. Además, el software carece de acceso a nivel de BIOS. Si el sistema operativo o la red de su servidor no funcionan, perderá el acceso, incluida la capacidad de solucionar problemas y arrancar de forma remota. Otras desventajas incluyen la pérdida de calidad de video debido a la compresión, un retraso en el rendimiento, velocidad de conmutación lenta, falta de soporte para múltiples computadoras y redundancia no disponible.

Una de las principales debilidades de las soluciones de software es su seguridad. Los métodos de autenticación de software son vulnerables a los piratas informáticos. Una brecha en cualquier parte del sistema puede proporcionar acceso a toda su red y todos sus datos.

Extensores KVM físicos

Una desventaja potencial de las soluciones KVM físicas son los costos iniciales del equipo. Sin embargo, estos costos pueden compensarse rápidamente con mayor eficiencia, confiabilidad y seguridad.

Cada conmutador KVM puede admitir hasta cientos de servidores y configurarse a través de una solución de administración de red centralizada, lo que simplifica la configuración y la administración en comparación con el software y le permite ahorrar tiempo y dinero. Los conmutadores y extensores KVM son universalmente compatibles con cualquier sistema operativo. Son adecuados para aplicaciones de alto ancho de banda como transmisión HD, software de gráficos, CAD y control de procesos. Debido a que los conmutadores y extensores KVM no requieren software ni controladores adicionales, no hay pérdida de recursos ni de productividad debido a la competencia entre aplicaciones. La tecnología KVM sobre IP también ofrece acceso a nivel de BIOS, por lo que puede iniciar y solucionar problemas de forma remota. En el caso de Black Box Emerald, también le permite administrar servidores virtuales con la misma experiencia de escritorio que esperaría de una conexión de PC física.

Con las soluciones KVM, también obtiene un rendimiento mejorado en términos de velocidad, calidad de video y capacidad para controlar varias pantallas. Desde el punto de vista de la seguridad, KVM no utiliza una red de producción y funciona independientemente del sistema operativo de una computadora, lo que genera un riesgo de seguridad menor. Incluso las últimas soluciones KVM sobre IP funcionan "fuera de banda", lo que significa que el riesgo de una posible brecha de seguridad es mínimo. Además, la comunicación entre un servidor/PC y una estación de usuario está encriptada para mayor seguridad.  

La capacidad de acceder y monitorear de forma segura su red y mantener el rendimiento es fundamental. Si bien las soluciones basadas en software ofrecen algunos ahorros de costos por adelantado, estos se compensan rápidamente con las ventajas del equipo KVM físico.

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